Una historia de los indios sioux:
Un día, cuando tenía siete años de edad, mi abuelo me llevó al estanque de pesca
y me pidió que tirara una piedra al agua…
Al hacerlo, me dijo: <<ahora observa los círculos creados por el chapoteo de esa piedra>>.
Luego me pidió que pensara en mí mismo como si yo fuera esa piedra en persona.
<<Puedes crear muchas salpicaduras en tu vida con tu chapoteo,
pero las olas que vienen de esas salpicaduras perturbarán la paz
de todos tus semejantes>>, dijo.
<<Recuerda que eres responsable de lo que pones en tu círculo
y ese círculo también tocará muchos otros círculos>>.
<<Necesitarás vivir de una manera que permita que el bien que viene
desde tu círculo interior logre enviar paz y bondad hacia los demás>>.
<<El chapoteo que proviene de la ira o los celos enviará
esos sentimientos a otros círculos. Eres responsable de ambos>>.
Esa fue la primera vez que me di cuenta de que cada persona crea la
paz interior o la discordia que fluye hacia el mundo.
No podemos crear la paz mundial si estamos plagados de
conflicto interno, odio, duda o ira.
Irradiamos los sentimientos y pensamientos que llevamos dentro
ya sea que los hablemos o no.
Lo que sea que esté chapoteando dentro de nosotros
se está derramando en el mundo, creando belleza o discordia
hacia y en todos los demás círculos de la vida.
Recuerda la sabiduría eterna:
EN LO QUE PONES TU ATENCIÓN, SE LOGRA LA EXPANSIÓN.
Autor desconocido